Un grupo de vecinos, amantes de los animales, se unieron para salvar la vida a un perro callejero, al que llamaron “Gordo”, que ahora está en busca de un hogar.
De esta manera, integrantes de la AFAD delegación Progreso buscan a un dueño de manera urgente, ya que al momento, el can se encuentra en el albergue de la agrupación y temen que por no estar acostumbrado a estar encerrado, se estrese y se lastime con las rejas.
La historia de esta animalito es muy especial, ya que el pasado viernes 17 de mayo, luchó por salvar su vida, al quedarse atorado entre los muros de dos predios ubicados a la vuelta del Colegio de Bachilleres de Progreso, un espacio de apenas 20 centímetros de ancho.
Según se relata en la página de Facebook de la agrupación, que preside en este puerto la maestra Maura García Lezama, fue Martita Pérez González, una de las veterinarias que colabora en esta noble labor, a quien recurrió la persona que ubicó al animalito, y desesperado, comentó que desde la mañana “Gordo” se encontraba atorado, por lo que no había comido ni tomado agua.
La cuestión es que al llegar al lugar, los voluntarios se encontraron con la desagradable sorpresa de que el perro estaba a unos 6 metros de distancia, y a pesar de que se la pasó llorando, los vecinos nada hicieron por ayudarlo, ya que confiaban en que podría salir solo, pero no sucedió así.
Ante esa situación, comenta la señora Maura, cuyo esposo estuvo en el lugar, se hizo todo lo posible para ayudarlo, pero el cuadro era desesperante porque no podía ya moverse, de tal modo que después de dos horas de luchar sin obtener resultados hasta se pensó en la posibilidad de sacrificarlo.
El perrito llevaba más de 12 horas atrapado y ya se encontraba muy agotado, según se relata en el sitio de Internet, se le logró colocar una soga en el cuello y Don Manuel, el vecino que buscó la ayuda, colocó bajo de su cuerpo, un palo para darle estabilidad.
Finalmente el animalito logró ser rescatado jalándolo de la soga y llamándolo por su nombre, de tal modo que luchaba para avanzar a la salida, lo cual, logró después de muchos apuros.
Lo grato del caso es que a pesar de que terminó agotado, el perrito comenzó a lamer a todos a manera de agradecimiento por la ayuda que le prestaron.
Finalmente la oquedad fue tapada con unas piedras para evitar que se suscite otro caso similar, pero “Gordo” aún espera un dueño.
Los interesados en adoptarlo deberán acudir al albergue ubicado en la carretera Mérida-Cholul, casi frente a la Universidad Modelo, los sábados y domingos, de 11 a 14 horas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario