En la avenida 31 del puerto no sólo hay que poner atención a que el semáforo se ponga en rojo para cruzar la calle, también está el riesgo de ser atropellado por un automovilista que dobla aún cuando se le indica que haga alto.
Y no solo eso, ahora los cinco sentidos deben estar alertas para no ser golpeados por los ciclistas que circulan por varias partes de la ciudad y que no les importa circular en sentido contrario.
En pasadas administraciones se dio un impulso importante al uso de la bicicleta como medio alternativo al transporte motorizado, pero no se trabajó con los ciclistas para construir una cultura de respeto a los señalamientos y, mucho menos, al peatón así como los propios automotores.
Vecinos del puerto consideran que las autoridades de vialidad y seguridad deben ver que se respete el reglamento vial regulando este medio al igual que se hace con los motociclistas.
En ningún apartado del reglamento vial se establece una sanción o multa para aquel montado en una bicicleta infrinja la ley.
Se hace necesario que los ciclistas que infrinjan la ley sean amonestados verbalmente por los agentes y orientados a conducirse de conformidad con lo establecido por las normas viales aplicables a automóviles y motocicletas.
Un agente comentó que cuando un ciclista pone en peligro a un transeúnte, como ir de lado contrario a la vía, pasarse un alto o subirse a las banquetas, se les tiene que dar la indicación de moverse; sólo en caso de atropellar a un peatón se le tiene que procesar.
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