Con el olor a los billetes recién cobrados, muchos paseantes aprovecharon que ayer fue día de quincena para salir a las calles y aprovechar a realizar diversas compras celebrando la llegada del Año Nuevo principalmente en las playas del puerto.La afluencia de gente fue calificada por los prestadores de servicios como buena, a pesar de que el tiempo inició muy nublado incluso la amenaza de lluvia se sentía con la llegada de un “chips-chipi” que se sintió a las siete de la mañana.
La alegría no desapareció pues al cabo de unas horas el tiempo mejoró de forma notable lo que hizo que la poca cantidad de paseantes que estaban en la playa para esas horas aumentaran de manera importantes haciendo que el día de playa fuera más alegre que lo esperado.
La gran mayoría de los paseantes llegó al puerto para refrescarse con las olas del mar, broncearse y relajarse en una ambiente de sana diversión y tranquilidad. Antes de que diera el mediodía, la afluencia de automóviles aumentó así como la de autobuses procedentes de otros lugares del país.
Las familias del puerto y algunas de la ciudad de Mérida llegaron desde muy temprano para ganarse los lugares que contaban con techo y asientos, como el caso de las palapas y en cada una de las entradas que se ubican en el malecón hacia la playa.
Las familias porteñas y del interior del estado fueron de las primeras en apropiarse de esos sitios para colgar sus hamacas, acompañados de la brisa marina y el sonido incomparable de las olas del mar.
Muchos de estos llegaron acompañados de sus acostumbrados paquetes de pan blanco y carnes frías, mientras que otros llevaron entre sus viandas tortas de huevo, empanizado o quienes llevaron pescado o pollo frito para degustar con sumo placer acompañados de cervezas o refrescos helados.
Parejas de jóvenes se divertían bañándose en el mar a pesar de que este estaba “picado” además de que se vio a pequeños jugar en la arena formando “hombres de arena” y mojando sus pies a orillas de la playa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario