Al acercarse la última época del año, muchas personas sacan del armario sus chamarras, abrigos, suéteres y chompas con tal de protegerse de los vientos frescos producidos en estas fechas.Por las mañanas se ve desde muy temprano a madres y padres de familias ir con sus hijos rumbo a diversos destinos ya sea al ir de compras o regresando de visitar a la familia, donde la imagen del pequeño muy bien abrigado fue una constante sobre todo para evitar el contraer diversas enfermedades respiratorias.
También en los centros de salud con la llegada de los cambios climáticos se ve a una cantidad importante de personas que llegaron para consultar ante los resfriados y catarros que ya padecen algunos.
En las calles se vio a muy poca gente andar, aduciendo que ante la llegada de los tiempos gélidos muchos prefieran permanecer en sus casas, bien abrigados y resguardados de los famosos chiflones de aire fresco que pueden producir serias enfermedades.
Cuando toca al puerto un norte o frente frío, tanto en restaurantes, hoteles, bares o comercios de todo tipo en el primer cuadro de la ciudad se ve poca afluencia de personas y clientes ante la fuerte ventisca producida por el iracundo tiempo. Cuando el viento es muy crudo las calles se ven muy desamparadas ante la falta de transeúntes y automóviles que pasaran como si se estuviera reviviendo un día posterior a la Navidad o Fin de Año.
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