Fue maestra en las materias de ciencias, biología, química y física, comenzando su aventura magisterial desde una zona de rancho llamada Espíritu Santo en San Juan del Río, Querétaro en 1978.
Tras ese período llegó a una población conocida como “Las Carboneras” en la cual tenía que dividir su tiempo para poder atender casi toda la escuela, siendo un total de treinta los niños.
Sus otros destinos fueron Tixmehuac en Yucatán, donde estuvo por dos años en nivel secundaria y de allí fue trasladada a Motul por un lapso de 8 años y 9 años más en Mérida.
Tras ese largo recorrido llegó a la secundaria Rafael Cházaro Pérez donde pasó sus 30 años restantes de labor magisterial, lugar en donde ahora le toca decir adiós.
Me voy triste porque considero esta escuela como mi segunda casa y mis alumnos, como si fueran mis hijos, expresó la maestra.
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