Fue un día de "mírame y no me toques" durante la jornada de crucero de este jueves con el arribo del crucero Carnival Breeze, que trajo alrededor de dos mil pasajeros, pero de los cuales solo unos sesenta permanecieron en este puerto.
La nave arribó a las 7:05 horas procedente de Cozumel, Quintana Roo y partió luego a las 16:00 horas con rumbo de regreso a Galveston, en los Estados Unidos.
Los comerciantes, prestadores de servicio y restauranteros pegaron el grito en el cielo al ver la poca afluencia de visitantes, siendo llevados el 90% de los pasajeros a otras zonas de interés.
"Solo las migajas nos dejan, y pues no vale la pena estar viniendo, gastando pasaje y comida, para luego no vender nada; más vamos a perder que a ganar", dijo Luis Canché, vendedor de avioncitos de unicel.
Tanto en el Bazar las Artesanías como en el ubicado en la empresa de camiones AutoProgreso, se vio poca gente en los alrededores comprando alguna artesanía o souvenir.
Las playas presentaron sargazo en las orillas por lo que pocos bañistas se sumergieron en el mar para refrescarse en las aguas esmeraldas.
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