Jesús les dijo a sus díscipulos: "Tengan cuidado de no practicar sus obras de piedad porque cuando tú des limosma no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha para que así tu limosna quede en secreto y tu Padre te recompensará", exclamó el Pbro. Óscar Manuel Cetina Vega, al iniciar la misa por el Miércoles de Ceniza en la iglesia de la Purísima Concepción Y San José, guardando todas las medidas necesarias de sanidad.
"Durante la oración, no sean como los hipócritas que están rezando de pié en las sinagogas y en las plazas y esquinas de las plazas para que los vea la gente, yo les aseguró que las di su recompensa. Y tú en cambio cuando vayas a orar entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora, que tu Padre está allí en lo secreto, y tu Padre teniendo el secreto te recompensará".
Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como aquellos hipócritas que descuidan su apariencia, para que la gente note que está ayunando. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa, tu en cambio cuando ayunes, perfumate la cabeza y lávate la cara, para que no sepa la gente que estás ayunando sino tu Padre que está en lo secreto y tu Padre que ve lo secreto, te recompensará".
La historia de amor de Dios crea por nosotros a partir de la creación, es la historia de amor, la historia de Salvación, en esta historia Dios nos permite en la vida algunas acciones que decidimos a través de nuestra Iglesia para crecer en nuestra vida cristiana, aseguró.
La Iglesia por medio de la oración amorosa agudiza los Sacramentos que son siete, son canales que donde de manera segura, plena, cierta, Dios nos da su amor y su gracia; bautismo, confirmación, reconciliación y Eucaristía y a parte están los sacramentales, la bendición y la certeza que nos llena de gracia.
La gracia de Dios viene de los Sacramentos y los sacramentales son lo que más nos gusta a los católicos y por la pandemia no podemos salir para rezar, pero Dios sabe que hay que cuidarse; Dios en su infinito amor quiere que todos nos salvemos por eso el profeta Joel convoca a la conversion, grandes y chicos, porque todos tenemos necesidad de la salvación.
Todos somos invitados a ser parte de la Cuaresma, con qué espíritu, con qué actitud, pidiendo misericordia al Señor porque hemos pecado, que este espíritu nos acompañe durante todos los días de la Cuaresma como un signo que queremos expresar en señal de nuestra conversión de estar preparados como creyentes.
Un espíritu que debe expresar la reconciliación con Dios, y se dice esto que muchos corintios que estaban en paz con Dios pero en pleito con su prójimo, es imposible una falsa ilusión, pretender estar bien con Dios sino está en pleito con su prójimo, si enverdad tomamos en serio tiene que pasar por el corazon del prójimo.
Jesús nos habla de la piedad y nos señala lo que nos mantiene estar en espíritu de penitencia, la limosma, el compartir la oración y el ayuno; el compartir un gesto de justicia y solidaridad, que nos ayuda a estar más atentos y más sensibles; la oración de estar en confianza con Dios Padre, nos invita a la intimidad con Dios, nos dice que nada ni nadie suple la oración personal e individual; esa oración personal va a rescatar nuestra vida del dolor, el hastío y el cansancio.
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