Ante la anuencia de las autoridades en materia de seguridad, la avenida 31, calle 35 y entrada de la ciudad se han convertido en algunos de los lugares donde se han detectado carreras clandestinas, protagonizadas en su mayoría por jóvenes amantes de la velocidad. Son sectores recurrentes y conflictivos por estas competencias no autorizadas donde el riesgo de que todo termine en un accidente es bastante elevado.
Hace unos días, al realizar una carrera clandestina que involucró a familias pudientes del puerto, en la calle 31 x 84 y 86 por el rumbo de la escuela primaria Mártires de Chicago resultó en el choque de un vehículo estacionado en aquel lugar sin que los culpables se hicieran responsables negando tal hecho tan sólo por tener el poder económico de ampararse ante la ley.
Vecinos del puerto admiten que esta problemática se ha incrementado en el último tiempo, volviéndose muchas veces incontrolables porque ocurren en cualquier momento, aunque por lo general es durante la noche o en la madrugada, aprovechando que las calles están más despejadas.
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