Según el reporte que tenemos al término de las vacaciones, los empresarios y trabajadores del turismo están contentos: los hoteles se vieron colmados en un 90% en una época que no es la de mayor afluencia pues bien se sabe la que atrae a más turismo en el período vacacional por la Semana Mayor.
Más allá del gusto por lo nacional, una de las causas del crecimiento fue el encarecimiento de los viajes al exterior y la dificultad para conseguir dólares.
En algunos casos la cotización del peso frente al dólar, arriba de los $13.20 fueron determinantes para que los progreseños decidieran veranear dentro del país o bien permanecer en Progreso.
De hecho, todos los comerciantes coinciden en que los números son más auspiciosos que los del mismo período del año pasado.
Progreso cerró las dos primeras semanas del período de verano con un promedio de 90% de ocupación, tanto para hoteles como alquiler de casas y departamentos. Como un clásico del verano, el municipio mantiene la cantidad de visitas de años anterior y se registró el pico más alto el pasado domingo con el arribo de 150 mil visitantes, puntualizó.
No obstante, lo que se confirmó este año fueron las vacaciones fugaces. "Turismo cortado", dicen los comerciantes porque no se aprobó el proyecto de las vacaciones de dos meses completos.
A decir de los empresarios del sector, dijo, la cabecera se llena los fines de semana, pero los días de entre semana cae. Los alquileres ya no se hacen por quincena en su mayoría, sino por semana e incluso por día.
Otros destinos también recibieron con una sonrisa los números arrojados en las primeras semanas de verano como el caso de Uaymitún, Chelem, Chicxulub y Chuburná Puerto, consagradas desde hace años como las nuevas maravillas de la zona costera, por su tranquilidad y belleza natural. Allí se congregaron cada fin de semana alrededor de 6,000 personas.
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