De esta manera, se pudieron observar numerosas calles inundadas, en donde las familias tenían que sortear un montón de obstáculos para poder cruzar la calle e irse a la escuela o al trabajo por la mañana. Se vio a varias personas tanto niños, como jóvenes, adultos, no importando si fueran mujeres o varones, todos tenían que entrar a chapotear el agua dejada hace algunas horas por la fuerte descarga pluvial que se dejó sentir por gran parte de la noche del lunes y madrugada de este martes.
Poco a poco la normalidad de la vida cotidiana fue tomando cauce por lo que se empezaban a verse los primeros vehículos y camiones que llevan pasaje, principalmente estudiantes y amas de casa que vienen a hacer sus compras.
Muchos lugareños que salían a las calles sacaron de sus closets sus chamarras, rompe-vientos e impermeables de todos colores, así como sombrillas por parte de las mujeres ya se que andaran a pié o en bicicleta o motos.
En la zona comercial se vio a numerosos locales abrir sus puertas y a los empleados a realizar la ardua labor de sacar del agua que unas horas antes había entrado a sus establecimientos.
Algunos dueños de tiendas dijeron que esperaban bajas ventas porque el mal tiempo estaba todavía estacionado y que no se descartaba un nuevo aguacero que impidiera salir a realizar sus compras a la gente local.
En el malecón una que otra personas curiosa fue a ver cómo quedó la playa y cuánto de nivel había subido el mar con las tremendas descargas y precipitaciones pluviales que se dejaron sentir el lunes y desde muy temprano de este martes muy nublado.
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