De acuerdo al reporte oficial, fue a las 7: 37 horas cuando atracó en la terminal de cruceros la lujosa nave que llegó procedente de Nueva Orleans, levando anclas a las 16:00 horas.
En términos económicos, los prestadores de servicios indicaron que sus ingresos no fueron tan buenos como sucedió el lunes pasado cuando arribó el Triumph, sin embargo, comentaron que lograron salvar el día.
Tal fue el caso de las personas dedicadas a ofrecer paseos en la famosa “Banana” que realizaba recorridos hasta con apenas dos personas, mientras que los encargados del arrendamiento de mesas y sombrillas indicaron que su actividad descendió en un 50% en comparación con el lunes pasado.
Por tercera ocasión fue cerrada al tránsito la calle 80 entre 21 y 23, lo que ocasionó comentarios encontrados, ya que para los restauranteros esta medida ha significado un incremento de aproximadamente un diez por ciento en sus ventas, además de que prácticamente los vendedores ambulantes han desaparecido de la zona, lo que da muy buena imagen y se deja de molestar a los turistas.
De acuerdo a los encargados de los establecimientos ubicados en la zona, lo que sí les afecta un poco es el alto sonido de la música que se interpreta en vivo, además de que impide platicar a los turistas; la música que se toca es de los sesentas y en inglés, cuando debería de ofrecerse algo más representativo de México como el mariachi y danzas folklóricas.
Ante esta situación, indicaron que aprovecharían la reunión a la que se les convocó a las cuatro y media en el Palacio para que ante el alcalde Daniel Zacarías y la directora de Recaudación Fiscal, Mercados y Turismo, Ana Cecilia Meza, le pidan hacer algunas modificaciones.
Por otro lado, para los prestadores del servicio de paseos por la ciudad en el llamado “Carnivalito”, esto ha significado tener que modificar sus recorridos, lo que dicen les ha causado un perjuicio, al igual que a los taxistas que también aprovecharon manifestar su punto de vista.
Regresando al tema de playas, ayer los camastros ubicados en la zona se encontraban ocupados casi en su mayoría por jovencitas que se bronceaban mientras tomaban una reparadora siesta o en su caso inclusive hasta leyendo.
El calor estuvo a la orden del día, por lo que las bebidas frías fueron de lo más demandado en la jornada en la que los cruceristas pasearon por las calles provistos de sombreros, lentes oscuros y ropa ligera, inclusive con traje de baño.
En cuanto a los restaurantes ubicados en la zona, el ambiente era de primera ya que se podía observar a los visitantes bailar y hasta tomarse fotos con los meseros y los prestadores de servicios que los consentían con tal de ganarse una buena propina y un beso de las bellas jóvenes.
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