martes, 23 de agosto de 2016

BARBERIAS, A PUNTO DE LA EXTINCION

Con el paso de los años se ha incrementado el número de salones de belleza tipo unisex y boutiques en donde se ha hecho común el hecho de que no sólo las mujeres sino ahora hasta los varones cuidan mucho su apariencia física, lo que da como resultado que estén a punto de la extinción las antiguas peluquerías o barberías.
En el puerto son ya muy pocas las barberías y peluquerías que quedan en funcionamiento, muchas se han extinguido ya sea porque el propietario ha fallecido o porque en realidad el negocio no estaba dejando ganancias ante la ola de negocios modernos como el caso de los ya mencionados salones de belleza.
Las pocas que quedan tienen un encanto especial pues representan el centro de reunión de un barrio o de toda una comunidad y en ellas se reúnen las distintas generaciones para compartir sus experiencias o vivencias.
Al igual que los cafés, las peluquerías, en el caso de los hombres, son centros de charla y conversación amena sobre temas de actualidad. En las peluquerías siempre hay tema en donde poder debatir y conversar.
Una de las pocas barberías o peluquerías que hay en existencia en nuestro puerto es la que pertenece a don Elio Euán ha trabajado incansablemente por más de treinta años.
Don Elio, es oriundo de la comunidad de Chablekal, y comenta que desde muy pequeño su padre le enseñó el arte de la “pelada” o de cortar el cabello demostrándole así la forma de ganarse el pan con el sudor de su frente además de trabajar en el campo cultivando todo tipo de hortalizas.
Mis antepasados, mis abuelos y mi padre me enseñaron desde mis primeros años de vida a ganarme el sustento diario, trabajando todos los días para llevar de comer a la familia. La labor de peluquero actualmente no la veo ni como trabajo ni como negocio, sino que representa una tradición de familia que fue comenzada con mi padre hace más de treinta años.
Es un trabajo honesto y honorable pero que no da para lujos, es una labor que deja lo necesario para sufragar los gastos que salen a diario y otras necesidades. Uno en realidad no se hace rico de a noche a la mañana siendo peluquero, es por ello que nos dedicamos a la cosecha, para poder completar el gasto familiar.

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