Aún cuando no empieza la temporada de “spring-breakers” vienen por montones a bordo de los cruceros que llegan a Progreso.
Llegan en ruidosas bandadas de más de 30 muchahos. No se trata de los “spring breakers” , llamados así porque aprovechan su descanso de primavera o spring break, entre finales de febrero y principios de abril, pero sí los “Winter-breakers” que llegan para escapar de la disciplina y costumbres a los que están sujetos diariamente.
Se destacan por el consumo exagerado de alcohol ocasionando desmanes, relajo y diversión subida de tono.
En los viajes, operadores turísticos de EU ven la oportunidad de vender miles de paquetes con avión y hotel todo incluido por precios accesibles, en tanto que los empresarios mexicanos se resignan: en estos tiempos, bienvenido cualquier visitante.
Con un gasto promedio de 60 dólares por persona, los adolescentes atraídos por la fiesta y que a sus 18 años pueden beber en territorio mexicano, significan algunos ingresos para hoteles, centros nocturnos y, en cierta medida, agentes de viajes.
Los spring breakers, en la forma que los conocemos, tan deshinibidos, hicieron su aparición a mediados de la década de los 90.
Ahora en estos tiempos se cuida mucho que no se les provea de mucho alcohol para que no tengan problemas en la terminal remota las empresas que nos los traen a través de los paquetes que ofrecemos, destacó Augusto Preciat, gerente de Eladios Progreso.
Para esta semana se esperan más de seis mil pasajeros a bordo de los navíos Elation (lunes) y Triumph (miércoles) de los cuales una buena cantidad se espera sean los llamados “Winter-breakers”.
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