En esta ocasión los visitantes que permanecieron en el puerto, alrededor de poco más de 500 personas, en su mayoría jóvenes universitarios y gente de la tercera edad, disfrutaron de un día completamente soleado, aunque por momentos amenazaban las nubes negras con descargar lluvia, pero afortunadamente el mal tiempo no pasó a mayores.
Los visitantes permanecieron varias horas en contacto pleno con la naturaleza, se les vio retozar en los camastros colocados por restaurantes en la mera playa, algunas mujeres aprovecharon los rayos del astro rey para asolearse, otros degustaron cervezas, bebidas, agua purificada y platillos y botanas regionales.
En esta ocasión los prestadores de servicio dedicados a los paseos turísticos no se aparecieron pero sí en cambio se ofreció otros como el caso de los puestos de masajes relajantes, las señoras que hacen trencitas, los dedicados a los tatuajes, además de los venteros ambulantes que ofrecen películas piratas, collares, batas, hamacas, puros, sombreros, entre otros objetos.
Las ventas no estuvieron nada bien según el comentario de estos comerciantes que andan por todo el malecón en busca de compradores. El mismo caso se dio en la Casa de las Artesanías en donde los artesanos como Luis Matos y Oscar Velasco comentaron que las ventas siempre que viene este barco están para llorar, porque los cruceristas a lo sumo vienen a pasear, a tomar chelas o a comer, no a comprar.
Cabe destacar que el navío con bandera panameña arribó en el muelle de cruceros norte a las 7:32 de la mañana, atracando a las 8:40 horas y partiendo a las 15:00 horas para continuar su travesía por el caribe mexicano.
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