El periodista, cuyo automóvil Clío 2006 matrícula de circulación ZAK 7934 estaba estacionado a un costado de las oficinas de la presidencia municipal, solicitó la intervención de la PMP a pesar que a escasos metros de donde ocurrió el daño en propiedad ajena existe la guardia permanente de la Policía Uniformada del Palacio municipal.
El cobarde que realizó el daño del vehículo del periodista arrojó con una botella la sustancia en el techo del automóvil, el capirote, el líquido que se presume es removedor con acido muriático cayó sobre la parrilla de plástico del automotor la cual la quemó, pero no dejó el recipiente.
Cuando llegó la unidad policíaca con número 7029 de la PMP y la patrulla 1990 de la Base Pescador constataron que el líquido se había recién vertido, por lo cual aún burbujeaba la combinación del acido con el reactivo.
Ante el movimiento policiaco, el alcalde interino Joaquín Jesús Muñoz Rosado, en compañía del regidor de Salud, Alberto Euán Kantún, se acercaron a ver qué sucedía.
El periodista dijo al alcalde que cómo era posible que este atentado contra la libertad de expresión existiera en pleno centro de la ciudad a escasos metros del Palacio municipal.
“Esta es la tercera ocasión que soy víctima de agresiones físicas y morales hacia mi persona; las denuncias se ventilan con las autoridades correspondientes”, refirió el reportero ante su vehículo dañado intencionalmente.
Al respecto, el alcalde interino Cruz Muñoz condenó este cobarde acto contra la libertad de expresión y dio instrucciones al director de la PMP Roberto Iván Pacheco Aranda, mediante teléfono celular, que realizara las investigaciones correspondientes por este hecho.
Pérez Guillermo acudió a la fiscalía y autoridades ministeriales del puerto y, desde luego, al Ministerio Público Federal para presentar su respectiva denuncia por daño en propiedad ajena
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