Hasta el momento registramos una captura regular en donde las cosas más o menos han salido a flote y a medio nivelarse por el hecho de que el precio es alto a razón de que ahora se comercializa el kilogramo entre $60 y $65 pesos el octópodo.
Esto hace que se dé de alguna manera un equilibrio ya que los volúmenes de captura son bajos en comparación con otros años pero para fortuna de los hombres de mar el producto ha visto aumentar su valor.
Por otra parte dijo que en el caso de los ribereños, estos la semana pasada no pudieron hacerse a la mar debido a que los puertos se cerraron por la llegada de turbonadas en la Península de Yucatán.
Esperamos que lo que resta de septiembre y octubre la actividad de los marinos mejor y se obtengan mayores volúmenes de captura ya que dichos meses se consideran los más fuertes de la temporada del molusco, reveló.
Actualmente participan un total de 2,250 lanchas ribereñas y 350 embarcaciones de mediana altura de los cuales el 90% pertenecen a Progreso y el resto a Celestún y Dzilám de Bravo.
También beneficia a nuestro puerto el hecho de que se cuentan con 24 plantas certificadas para el tratamiento y exportación a nivel internacional, siendo el primer lugar en todo el territorio nacional en contar con el mayor número de plantas de procesamiento, indicó.
El molusco tiene su mercado en Europa mayormente en países como España, Italia, Alemania, Holanda y Dinamarca sin olvidar a China.
Tan solo el 12% permanece en nuestra nación de todo el producto capturado para consumo nacional principalmente en zonas turísticas como la Riviera Maya, Monterrey o la ciudad de México.
Por último, sobre la captura ilegal del pepino de mar, mencionó que tanto la Conapesca y la Semar son las autoridades responsables de guardar una vigilancia permanente en la región para evitar su pesca furtiva.
Nosotros como autoridades estatales únicamente expedimos permisos y ver que se vigilen las reglas de normatividad en lo que respecta a este caso, finalizó.
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