sábado, 31 de diciembre de 2011

MASCOTAS: ¿EL REGALO PERFECTO?

¿Quién no ha soñado alguna vez, siendo niño, con abrir alguno de los regalos de Navidad y encontrar en su interior un cachorro? Este el llamado “deseo de la infancia”, entendido una vez alcanzada una determinada edad, nos recuerda nuestra ignorancia respecto a la enorme responsabilidad que acarrea cuidar y mantener un animal de compañía, explica el Psic. Román Aguilar.

Subraya que hay padres que ceden a la insistencia y terminan comprando lo que, en la mayoría de las ocasiones, es un mero capricho. No hay que tomar a la ligera la concienciación previa que exige el hacerse cargo de lo que, al fin y al cabo, es un ser vivo.



Regalar una mascota implica una profunda reflexión siempre, a lo largo de todo el año, independientemente de la época. Los pequeños de la casa sienten una especial predilección por los animales domésticos. Raro es el niño que no escribe a Papa Noel o a los Reyes Magos expresando su ferviente deseo de tener un perro para convertirlo en su compañero de aventuras. Sobre la conveniencia de obsequiar con un presente tan delicado, existen opiniones contrapuestas.

Por una parte, hay quien considera estos días muy favorables para abrirle las puertas a un perro o un gato porque es un tiempo en el que las atenciones se multiplican. "En principio, la época decembrina parece un período propicio para aquellas empresas que se dedican a la venta de mascotas, y la verdad que es una época ideal, ya que el nuevo miembro podrá disfrutar de la compañía de toda la familia", afirma


Sin embargo, si analizamos la situación más de cerca, veremos que se trata de unos días en los que abundan las idas y venidas, además de los niveles de ruido, siendo incompatible este bullicio con la tranquilidad que necesita una pequeña mascota.

Según señala "no es el momento más apropiado de incorporar un animal como nuevo miembro al grupo familiar porque es un cambio importante en las costumbres cotidianas de la familia", añadiendo que "el animal necesita un período de adaptación, sobre todo en los primeros días, y en Navidad no se le podrían prestar tantos cuidados".

Convencer a nuestros hijos de que no se trata de un simple juguete es un discurso difícil de trasladar a una mente infantil que aún no es capaz de pensar a largo plazo. "Los padres deben evaluar primero si no será ‘algo más’ a lo que no se prestará atención a los pocos días", aconseja.

"Generalmente, si es muy deseado por el niño y hace tiempo que lo está pidiendo, suelen responsabilizarse de su mascota", recordando que "un niño no puede hacerse cargo nunca, por más buena voluntad que tenga, de todo lo que implica un cachorro en casa". En este sentido, la inversión económica que suponen los cuidados básicos corre a cuenta de los padres.


Respecto a las obligaciones que trae consigo tan ansiada adquisición, Aguilar afirma que "las mascotas pueden ayudar a los niños a asumir responsabilidades de forma gradual: sacarle de paseo, darle de comer, etc.". Además, los beneficios de convivir con un animal doméstico han sido más que demostrados: "perros, gatos les permiten disfrutar de su compañía y crecer juntos", concluye.

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