Esto es una bendición, para conseguir esta longevidad influye tener una buena herencia genética, así como el estilo de vida, no tomar, no fumar, no pasar mala noche, la dieta y la actitud desafiante frente a la vida.
El envejecimiento es inevitable, pero según se viva la vida este puede aparecer antes o retrasarse en el tiempo, el organismo se desgasta aunque las condiciones de vida sean óptimas, esto sucede gradualmente desde la juventud, madurez, hasta llegar a la vejez.
Don Vicente, Don Vince, como le dice la familia de cariño, despertó muy temprano y estaba feliz, pero a la vez se sentía muy cansado por el alud de años encima; sus bisnietos le cantaron la tradicional Mañanitas y tomó su chocolate caliente acompañado de sus inseparables galletas.
Nunca tomó ni fumó, dijo que nunca supo a qué sabe una cerveza y que el humo del cigarro apestaba, pero eso sí, le gustaban la mujeres y como prueba se casó 2 veces.
Siendo oriundo de este puerto, zapatero de profesión, de los pioneros, hasta la fecha le gusta escuchar en la radio los partidos de béisbol de sus amados Leones de Yucatán que aún idolatra a pesar de la mala temporada de inicio; también le gusta el box.
Decimos que le gusta escuchar, ya que prácticamente no tiene visión, se le apagó la luz por los años vividos; al ser entrevistado se notó lúcido y coherente, además, se declaró amante de la comida y cabe decir que come de todo y nada le hace mal por lo que tiene un expediente médico impecable, no le duele nada.
Estuvo acompañando en este día tan especial, por sus hijos Santa quien tiene 75 años; Rubén, 73 años, y José, de 61 años; nietos Gilberto, Bárbara, Efrén, Vicente Mena, y por Cecilia (+) espiritualmente.
También es millonario en bisnietos, siendo Rubén David, Samuel, José Carlos, quienes unidos cuidaron su más valioso tesoro y elevaron oraciones de gratitud por tener a Don Vince todavía con ellos.
Lo más sorprendente es que come de todo, desde la rica cochinita hasta la grasosa y peligrosa chicharra; también hay que comentar que tenía un año de vida cuando se hundió el famoso trasatlántico Titanic.
Siendo los padres del centenario festejado José Mena Zumárraga y Petronila Rodríguez; tuvo una sola hermana que ya pasó a mejor vida, Julia, a quien recordó con mucho cariño. Este corresponsal se despidió del homenajeado esperando regresar el próximo año para celebrar su cumpleaños número 102.
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