En pleno Viernes Santo una cantidad importante, alrededor de 20 mil paseantes, llegaron hoy al puerto para gozar de un día tranquilo acompañado del sol, mar y arena de Progreso.
Y es que a pesar de que el día amaneció con poco sol, obstaculizando la salida del astro rey, donde la amenaza de lluvia no se disipó hasta pasadas las doce del día, la gran mayoría de los paseantes llegaron para remojarse en las olas del mar, broncearse tumbados en la arena en un ambiente de suma tranquilidad y en contacto pleno con la naturaleza.
Tal vez porque este día estaba marcado una fecha especial, la afluencia de automóviles fue la esperada, tal como ocurrió días antes al iniciar la temporada primaveral en donde se veían desfilar centenares de carros por minuto en la calle 78, que es la entrada principal a este puerto, toda clase de vehículos como camiones turísticos, camionetas de lujo, taxis, combis y minibuses del interior del estado.
Las familias que llegaron este viernes, estuvieron disfrutando muy amenamente su día de playa, comiendo botanas, tomando refrescos, saboreando golosinas y siendo acariciados por la brisa del mar en un sol que afortunadamente no pegó como “tubo” debido al tiempo nublado que imperó casi toda la mañana.
Pasado el mal tiempo, se arremolinó una cantidad importante de paseantes, algunas parejas de enamorados, grupos de jóvenes a quienes la “cruda realidad” les agarró en pleno malecón, otras parejas que disimulaban quedamente tratando de no ser vistos tomando las “chelas” en horario no permitido, aprovechando que los de la SSP desayunaban a gusto en las sombras de la entrada del malecón.
Los que más disfrutaron de este día de playa fueron como siempre los pequeños que llegaron acompañados de sus padres, portando muy alegres sus trajecitos de baño, sus hermanos mayores y tíos cargando con los juguetes inflables y los progenitores cargando con el lunch que iba a ser disfrutado después de su remojada en el mar.
Algunos turistas hicieron acto de presencia siendo ya mediodía, donde a más de uno le dio por sacar sus trajes de baño, remojarse en las aguas del mar y acostarse en el barandal del malecón para medio broncearse y agarrar un tono de piel adecuado para poder presumir.
Los venteros ambulantes trabajaron arduamente en la zona de la playa pero muy pocos con fortuna tomando en cuenta que los que llegaron hoy ya venían preparados con los implementos necesarios para pasar su día en la playa, tanto en comestibles como en artículos propios para el lugar como sombrillas y toallas.
Elementos de la PMP y SSP detuvieron a un par de malandrines que se hicieron de un bolso de dama lo que tras unos minutos fueron aprehendidos por los azules ante la mirada de curiosos.
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