Entre grupos de bañistas, familias que se deleitan con el azul de mar y el cielo, parejas que buscan la sombra en los arcos del muelle, extranjeros que por primera vez pisan arena porteña, existe un buen número de progreseños que sin pena señalan que ante la crisis económica imperante no tienen más remedio que venir al mar, pero para sacar unos cuantos pescaditos para saborear en familia.
Sabemos cómo están las cosas en estos momentos, la situación económica para muchos está muy difícil, la cosa está cada vez empeorando más y más, y muchos de nosotros que estamos en la última etapa de nuestra vida no nos queda de otra que dedicarnos a la pesca, para poder sobrevivir, explicó don José Caballero, veterano marino de este lugar.
Junto con mis hijos nos la pasamos en la playa, no sólo para refrescarnos con la brisa del mar, sino para ver si pescamos algo, la verdad es que ahorita las cosas están retecanijas y uno tiene que ver la manera de cómo irla pasando, subraya.
En este día como puedes ver me dedico a la pesca, a sacar para la comida, para poder vender y darles de comer a mis hijos, nietos y mis nueras, a toda la familia, todos dependen de los resultados que obtengamos a la orilla del mar, exclama.
Hoy por ejemplo obtuve un poco más de suerte que en días anteriores, con decirte que en la mañana saqué buena cantidad de roncos que vendí posteriormente a cuarenta pesos la sarta de quince. Por eso volvió para sacar para llevar a comer a la mesa para que mi familia tenga qué comer, explicó.
También en el lugar, a la orilla del mar y con el sol brillante como mudo testigo s encuentra una señora que acompañada de sus hijas espera pacientemente a que el pez pique el anzuelo y así tenga que llevar para que toda su familia tenga para almorzar.
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