miércoles, 7 de septiembre de 2011

EL SURF GANA ADEPTOS EN PROGRESO

Hay que esperar. Ser paciente hasta sentir que se acerca esa ola prometedora, y arremeter con energía para zigzaguear y dominar ese efímero rugido del mar que, en pocos minutos, se desvanecerá en la orilla de arena. Equilibrio, habilidad y coordinación son los requisitos que impone el surf, este deporte que consiste, básicamente, en deslizarse sobre las olas y que, cada vez, gana más adeptos.
Pasión de muchos, el surf es una actividad usualmente vinculada con destinos como Hawaii, Indonesia, Perú o Australia, playas con olas gigantes que atraen turistas y surfistas de todo el mundo. Pero la costa argentina también tiene lo suyo. Si bien nuestro país no está considerado el paraíso mundial de las olas, tenemos muy buenas rompientes, con una costa linda, donde los surfistas pueden disfrutar, sean principiantes o profesionales, dice Marcelo joven yucateco adepto a este deporte. En invierno el agua es muy fría, pero en verano se puede surfear sin trajes, con olas muy diversas, izquierdas o derechas, de buena calidad. Cada tanto, una o dos veces por mes, podemos surfear olas de hasta dos metros y con muy poca gente en el agua, que lo hace mucho más atractivo, señala. Como todos los lugares, las olas porteñas tienen sus pros y sus contras: son olas fáciles, sin rocas en el fondo y las corrientes no son tan peligrosas. Quizá faltaría un poco más de calor y más frecuencia a las crecidas, menciona el joven deportistas. Muchos jóvenes adeptos a este deporte consideran que el país tiene olas de calidad internacional. Para el surfista principiante es ideal porque los fondos de arena permiten entrar en el mar desde la playa. Al mismo tiempo, explica que por la curva geográfica en la que se acomoda la ciudad ofrece 25 kilómetros de playa que, con todos los vientos, siempre hay un "point", un lugar para surfear. Haciendo un poco de historia, dicen que el surf ya se practicaba hace 500 años, en las costas de la Polinesia. En los años 50 y 60 empezó a tener más seguidores y así también, empezaron a destacarse quienes mostraban un dominio inusual de estas tablas de tres quillas. Dicen que Duke Kajanamuku (1890-1968), considerado el “padre de las olas”, llevó este deporte a todos los rincones del mundo en los que hubiera un mar para desafiar. Hoy, sin dudas, la figura internacional del surf es el estadounidense Kelly Slater, diez veces campeón mundial y batió récords. Le siguen los australianos Mick Fanning, Taj Burrow y Joel Parkinson. Subraya que el surf todavía no está desarrollado como producto turístico como sí podemos ver que se da en otros lugares del mundo, aunque nunca es tarde para empezar.

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