El hecho de que un alcalde en funciones se siente a combatir frente al tablero en un torneo de ajedrez ya es algo poco común en México, pero el domingo pasado se fue más allá en Telchac Puerto, donde combatieron 180 guerreros de Caissa en cinco categorías.
En un bello juego de madera de grandes proporciones, de su propiedad, el presidente municipal anfitrión, Humberto Marrufo Ramírez, hizo la jugada inaugural del evento, a la que contestó con las negras su colega progreseño, Daniel Zacarías Martínez,dos alcaldes ajedrecistas frente a frente, un hecho inédito en el país.
Tras las acostumbradas salidas de peones centrales, Marrufo Ramírez, quien de joven practicaba mucho el juego ciencia y enseñó a jugar a sus hijos, movió su alfil rey a la cuarta casilla, como invitando a continuar la batalla simbólica, algo osado, pues Daniel Zacarías no es sólo un gran impulsor de la milenaria disciplina en Progreso y sus derredores, sino un fuerte jugador.
De hecho, el primer edil de Progreso se inscribió en el torneo, y nada menos que en el grupo de mayor rango, el A, donde estaban los jugadores de primera fuerza y que ganó el maestro internacional Luis Fernando Ibarra Chami, a quien sólo le falta una norma para lograr el título de Gran Maestro.
Nada mal lo hizo Zacarías Martínez, pues conquistó dos puntos en esa división, en la que también intervino el cuatro veces campeón del Estado, Gonzalo Navarrete Méndez, quien aunque quedó en el cuarto sitio, Navarrete logró 4.5 puntos, los mismos que Emmanuel González Chávez y Alfredo Várguez Baquedano, segundo y tercer puestos, respectivamente.
No sólo el alcalde compitió por Progreso, una nutrida delegación se presentó a Telchac Puerto a mover alfiles, peones, torres, damas, caballos y reyes, entre ellos los infaltables Francisco Castillo Galera, a quien en el Grupo B no le fue tan bien como otras veces, y doña Estela Candelaria Ureña Chío, la combativa sexagenaria que torneo tras torneo hace derroche de dinamismo y creatividad
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