Numerosas familias de escasos recursos que resultaron afectadas hace algunos años por el paso de los huracanes, enfrentan en la actualidad una dura realidad, pues corren el riesgo de perder sus pocas pertenencias porque sus viviendas no son seguras. Ellos consideran que se encuentran completamente indefensos ante la temporada de huracanes que iniciará el próximo mes.
Familias del puerto mencionaron que están a la bendición de Dios. Temen que la llegada de un meteoro los obligue a salir de sus viviendas y que, cuando estén de vuelta, no encuentren sus casas. “Muchos de nosotros no contamos con un techo seguro y quién sabe qué vaya a pasar si viene un huracán”, señalaron.
Al iniciarse en breve la temporada fuerte de huracanes, decenas de familias no tienen un refugio o vivienda segura para enfrentar las inclemencias del tiempo. Su mayor preocupación es que ya comenzó la temporada y están literalmente expuestos a lo que ordene la naturaleza, y atemorizados porque se quedarían sin un lugar para vivir.
Según comentaron, en años anteriores y ante la llegada de huracanes no recibieron apoyo del programa de viviendas, a pesar de que las suyas quedaron en mal estado. Ahora, como cada año, viven con el riesgo de que sus casas “vuelen” tras el paso del huracán.
Hoy, decenas de familias que no cuentan con un lugar seguro para protegerse padecen una situación de emergencia y desesperación ante la amenaza de nuevos azotes por huracanes, sin tener siquiera la certeza de que recibirán apoyos.
Cientos de viviendas que se encuentran en las zonas más apartadas del municipio, en Progreso y las comisarías de Chicxulub Puerto, Chelem, Chuburná, Ejido Paraíso y San Ignacio, se encuentran en condiciones de riesgo, por la mala calidad de las obras y las estructuras.
Se hace necesario crear un programa que otorgue mejores condiciones de seguridad a familias cuyas viviendas se encuentran en constante riesgo.
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