“Cada ciudadano debe dar su mejor esfuerzo, para que Progreso sea el gran puerto y ciudad del futuro”, así opinó Don, William Romeo Frías Bobadilla, cronista vitalicio al hablar sobre la historia del pasado y presente de la Ciudad y Puerto de Progreso que este 1 de julio celebrará su 143 aniversario de fundación.
Progreso de Castro es un puerto que a lo largo de sus 143 años de historia vive un presente que busca transformar su desarrollo para sus más de 50 mil habitantes con un solo objetivo, lograr la prosperidad, así lo señala Don Romeo Frías Bobadilla.
“Espero que nuestro puerto siga adelante en su historia, todos deben preocuparse por la prosperidad del puerto, en este 143 aniversario el punto debe ser el esfuerzo en común para tener un desarrollo y transformación del Puerto de Progreso”, remarcó Don William Romeo Frías Bobadilla.
Al hablar sobre la fundación de Progreso, el también periodista quien se considera un auténtico progreseño, recordó al ciudadano distinguido de Yucatán, Juan Miguel Castro y Martín, personaje que inicio su trayectoria en el año de 1840 para descubrir un puerto lleno de maravillas, que hoy lleva el nombre de Progreso de Castro.
Desde su fundación el Puerto de Progreso ha contribuido con el desarrollo económico y social del estado de Yucatán, con importaciones y exportaciones de diferentes productos que produce el estado.
“La ciudad tuvo su época de bonanza y tiempos difíciles, desde sus inicios como puerto de embarcadero, mucho antes de la construcción del Puerto de Altura arribaban barcos de gran calado con material procedente de Veracruz”, relata el cronista vitalicio del puerto.
Al abundar sobre el desarrollo de las comisarías de Progreso, Don Romeo Frías Bobadilla recordó que Chuburná (Lugar donde se inunda las casas) y Chicxulub Puerto (Pozo donde hacen cornudo), fueron los primeros asentamientos, antes de fundar el puerto de Progreso y que en tiempo eran importantes por ser vigías en la época de los Piratas.
Con el paso del tiempo otros sitios nacieron como Chelem (Aquí bajo la Urraca), que anteriormente era un rancho, para luego convertirse en comisaría, así mismo San Ignacio, una de las principales haciendas henequeneras del estado de Yucatán, declarándose posteriormente comisaría.
A sus 93 años, Don Romeo Frías aún recuerda que sin duda, la extinción del henequén fue una época donde Progreso atravesó por un desequilibrio en su economía, pero el tiempo y el esfuerzo de los progreseños permitió la creación del primer transporte, la vía del ferrocarril en 1875 y con ello, la creación de nuevos empleos.
“Acerca de la industrialización de Progreso lo destacable fue la construcción de barcos de fibra de vidrio, fabricación de motores y otros implementos que han dado trabajo a profesionales y técnicos”, agregó.
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