En total llegaron 2,550 pasajeros y 889 tripulantes de los cuales permanecieron unas 350 personas que dejaron algo de ganancias a los venteros ambulantes como los que ofrecen música de trova, hamacas, joyería, artículos tejidos, etc.
Los que pegaron el grito en el cielo fueron los restauranteros que una vez más se quejaron de que no puede vender cerveza hasta el mediodía.
Por permiso, Salubridad nos quiere cobrar al mes $5,500, es un “negociazo” lo que están haciendo y mientras los cruceristas al ver que no se les vende cerveza, antes lo podíamos hacer desde las nueve horas, optan por no bajar del barco o pasar de largo, y eso hace que tengamos pérdidas económicas, aseguró Samuel Buendía, gerente de Los Henequenes.
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