Se puedo observar que distintos grupos se "pelean" literalmente a los futuros clientes que descienden de los barcos turísticos, hasta tal punto de jalonear a los visitantes, hecho por demás penoso por el pobre espectáculo que dan y no solo ellas sino también se ha visto a meseros de restaurantes pelearse entre sí la clientela como sucedió con los trabajadores y empleados de los restaurantes "Buddys" y "Tommys", con el consentimiento de la misma autoridad sea municipal o estatal.
También se han dado quejas en el restaurante "Ruta 69" que está a cargo de Renko, un holandés que es su propietario. Pues bien, en este mismo sitio, otros dueños de restaurantes se quejan de que dando la tarde y hasta caer la madrugada se ven los ríos de cerveza, licor y hasta drogas correr con graciosa libertad ante la vista de propios y extraños, dando un bochornoso espectáculo no digno de las familias porteñas.
Regresando al caso de las masajistas, estas se van hasta cerca del mercado local sobre la calle 80 para ir por los clientes potenciales, aún sabiendo que no deben salir de su área de trabajo.
Sobre el tema, José Guemes Valenzuela denuncia que Marina Castro Poot, dueña de "Masajes Marina" no solo da masajes a bajos precios sino que vende licor y cerveza, como se pudo observar cn botellas de chela metidas en cubetas, aún cuando no tiene permiso de vender alcohol dentro de la playa.
Otros se quejan de "Las Yoyas" vestidas con uniformes morados que se meten en la playa y dan barato el servicio a diez dólares aún cuando no tienen los permisos correspondientes para tal efecto.
Por todo ello, se solicita que las autoridades hagan su trabajo, y no hagan solamente como que están trabajando, sean municipales, estatales o federales.
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