Del gran total de pasajeros y algunos tripulantes se quedaron en este lugar para aprovechar las buenas condiciones climatológicas de la zona turística cerca de mil personas, mayormente familias completas, parejas de recién casados y grupos de amigos que disfrutaron cada segundo de su breve pero sustancial estancia en el puerto.
La mayoría de los paseantes se estableció en la zona más atractiva del lugar: el malecón donde mucha gente se apersonó a las palapas para disfrutar en amena convivencia con sus familiares de los ricos manjares que significan los platillos regionales acompañados de su cerveza favorita, bebida preparada o refresco embotellado.
Entre las familias, en esta ocasión, se vieron pocos niños, principalmente fueron jóvenes y adultos que se establecieron en el puerto para pasear por las calles principales, entre las que destacaron la zona de Los Portales, la zona comercial sobre la calle 80, la iglesia parroquial, la plaza principal, el Palacio Municipal, etc.
Algunas personas se dieron tiempo para recorrer tiendas diversas en donde se ofrecen comestibles, ropa, zapatos, artesanías, artículos de importación, revistas, telefonía celular, neverías, dulcerías, entre otros establecimientos. También algunos visitaron el tianguis municipal para observar sus alrededores y sacaron gráficas para constatar su paso por el lugar.
En la playa reinó la calma y la tranquilidad, en el inicio de la playa estuvieron alrededor de sesenta personas que compraron paquete para disfrutar de su estancia y participar de los juegos divertidos que en esa zona se organizan.
La mayor parte de los visitantes se vio en la Casa de las Artesanías donde compraron diversas artesanías hechas en piedra o madera, hamacas de diversos tamaños y colores, puros, sombreros, joyería de fantasía, se hicieron tatuajes, masajes y peinados modernos.
Algunas personas mayores se divirtieron en medio del mar matando el tiempo tirándose el “freez-bee”, otros prefirieron pasear a bordo de las bananas acuáticas, otros más a relajarse y asolearse enfundados en su traje de baño, pero quien más llamó la atención fue un grupo de jóvenes tripulantes europeos que se broncearon a su propio estilo, acaparando las miradas y risas cómplices.
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