martes, 24 de abril de 2012

HACEN "CAMBALACHE" PARA VIVIR

A pesar de las demandas de comerciantes agremiados o establecidos, en el puerto se ha hecho palpable el incremento de venteros ambulantes de un sinfin de artículos que se ofertan de casa en casa.


Tal pràctica es común durante todo el año, pero haya su mayor esplendor en las épocas vacacionales, ya que atraídos por los visitantes que llegan a la ciudad y comisarías, hacen lo mismo una gran cantidad de venteros de muebles para playa, pesca, ropa de la temporada, sin faltar los clásicos vendedores de muebles, camas, electrodomésticos, objetos de plásticos o artesanales, etc.
También se puede incluir en este rango a comerciantes de las famosas tandas, libros y demás objetos que son comercializados a través de los famosos abonos chiquitos.
Al respecto se entrevistó a un joven ventero quien con sus compañeros ofrecen sus mercancías consistentes en muebles.
El costo de la unidad según dijo era de 490 pesos. La pieza se entrega por medio de un enganche de la mitad de su valor y los pagos son por semana.
En este tipo de objetos como en otros muchos, una vez aceptado el producto, se entrega al cliente con una tarjeta de pago con la razón social de la vivienda en donde se adquiere y luego corresponderá a los cobratarios pasar por el pago referido.
Aquí es donde se pide a los porteños tener mucho cuidado ya que en últimas fechas se han dado casos de que personas se bajos recursos lo han hecho a través de los aboneros, muchos de ellos enfrentan juicios mercantiles e incluso hay quienes ya han perdido sus predios o posesiones mediante prácticas tildadas de ilegales o chuecas.

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